Ya es tarde y toca volver a casa, por el camino no me quiere acompañar ni el frío que debería de estar por estas fechas. Solo, camino mirando a la nada y no tardo ni tres pasos en cerrar mis ojos para empezar a recordarte… te imagino ahí parada, siempre tan bonita, tan radiante al verme que todavía no entiendo porque no te besé antes, abro los ojos… una vez más la realidad comienza donde acaba el espejismo.
Cada paso me acerca a mi cama, esa que tanto deseo que conozcas o más bien
que te acostumbres a ella, dejando tu perfume en mis sabanas, por mi parte prometo
abrigarte y que en ella, no tendrás nunca ninguna pesadilla.
Esta noche estoy más cansado y sólo tu recuerdo me
anima a seguir andando, pensar en ti hace que las calles se achiquen y sin
darme cuenta estoy tarareando, una vez más, aquella
canción que la hice nuestra; tú quizás ni lo sepas…
Lo siento pero tengo esa
necesidad de verte, para regalarme ese mejor momento del día que siempre viene
patrocinado por tu sonrisa y de aquel salto hacia mi, agarrándome fuerte para darnos un nuevo abrazo que nos haga vibrar.
Ya veo mi piso al final
de la calle, que corto se me hizo esta noche el camino de vuelta, todo es tan agradable a tu lado... gracias una vez más por tu compañía, gracias por el regalo de vivir con tu presencia.