lunes, 24 de febrero de 2014

Recuerdo


Pasiones de febrero que nunca podré olvidar, nostalgia de un beso debajo de una lluvia incesante que nos aseguraba un buen resfriado que no tendría más remedio que curarlo con el recuerdo eterno de aquella noche.

Hechizos y encantamientos se podían sentir en aquella madrugá por esas calles de la bahía, agarrados de la mano sin mayor rumbo que pararse en cada esquina para poder de nuevo besar aquel sueño, con miedo que de repente pudieramos despertar.

Estas loco, me decías. En mi defensa te digo que sólo quiero encontrar un lugar donde refugiarnos y mira, aquí te regalo esta azotea con un techo para dos, con vistas a las estrellas. Pero aquella noche... las constelaciones nos contemplarían a nosotros, vieron como respasabas con tus dedos cada detalle de mi cara para nunca olvidarme y por una vez conseguí convertirme en un atrevido cantautor, para cantarte tantos recuerdos al oído.

Volvimos volando mientras amanecía en la ciudad, agarrado de tu cintura invité al futuro para que nos diera la oportunidad de vivir una historia de cuento. Llevaba tiempo esperándote y aunque no me creyeras, yo llevaba tiempo muriendo por tenerte en mis brazos.

Jóvenes quisimos creer en el destino, bendecimos al azar que acercó nuestros corazones y soñabamos despiertos que todo era posible. Quizás desde aquella mirada, tu y yo, nunca llegamos a separarnos.

Ahora tenemos recuerdos que nos hacen soñar...

2 comentarios:

  1. Y los recuerdos son los testigos de nuestras andanzas en esta vida. Precioso.

    ResponderEliminar
  2. Febrero siempre te trajo pasión y buenos destinos.

    ResponderEliminar